La Virgen De Fátima Y El Milagro Del Sol
El 13 de mayo de 1917 estos tres niños que pastoreaban ovejas empezaron un diálogo con una señora misteriosa que se les apareció sobre una pequeña encina en la llanura de Fátima. «Vengo del cielo y vine a pedirles que vengan a este lugar cada día 13, a mediodía, durante seis meses. Y les diré quién soy». De junio a octubre acudieron a la cita, en la cual les pedía oración, penitencia y un mensaje de conversión.
Cada vez más curiosos y expertos seguían a estos tres primos en sus citas misteriosas. El 13 de junio acudirían a la cita decenas de personas; el 13 de julio, casi cinco mil asistentes; y el 13 de agosto casi quince mil.
La Señora del Cielo, como así la llamaban, revelaría su identidad el 13 de octubre, día en el que llovía a torrentes. Pero a mediodía, cuando miles de peregrinos ya habían abandonado el lugar, se vio al sol temblar en una especie de danza.
Sí, así definieron los peregrinos al suceso que ocurrió cuando las nubes se abrieron y dejaron ver el sol, que lucía como un suave disco de plata. Sus rayos lucían en diferentes colores y el sol cayó sobre las miles de personas que se habían puesto de rodillas.
La dama vestida de blanco que bajaba del sol se presentó como la Señora del Rosario, mandando un mensaje de advertencia a los creyentes para que se convirtieran y pidieran perdón por sus faltas. Agregó que quería que se le construyera una capilla en aquel lugar, y anunció que la Primera Guerra Mundial terminaría pronto.
Los espectadores definieron el milagro como un espectáculo único e increíble, al ver al astro empezar a bailar en el cielo y verlo caer antes de volver a su lugar.
Los Tres Secretos de Fátima
Además del Milagro del Sol, los tres niños, Lucía Dos Santos, Jacinta y Francisco Marto, afirmaron que en su primer encuentro con la Señora del Rosario, conocida actualmente como Nuestra Señora de Fátima, esta les confesó tres secretos en forma de profecía.
Dos de estos secretos fueron revelados por Lucía en 1942, ayudando en la canonización de sus primos, quienes habían fallecido en 1919 a causa de la gripe española que asoló Europa. El tercero se mantuvo en secreto hasta 1960 ya que, Lucía, quien tomó los hábitos e ingresó en el Carmelo de Santa Teresa de Coimbra, consideraba que en esta fecha se entendería con mayor claridad.
Un siglo después, el Papa Francisco canonizó a Francisco y Jacinta Marto durante una visita al santuario portugués los días 12 y 13 de mayo de 2017. El cardenal portugués José Saraiva Martins explicó que el Papa no los hizo santos por las apariciones de la Virgen. Los hizo santos por vivir su fe pese a las amenazas de quienes los acusaron de haberse inventado esta historia.